«Quien diga que el ozono funciona contra Covid-19 miente»

asegura Xavier Abad, jefe de la Unidad de Biocontención en IRTA-CReSA y profesor asociado de la UAB.

A pesar de que no aparece en la lista del Ministerio de Sanidad de productos autorizados para desinfectar superficies o desinfección aérea para la Covid-19, el ozono ha aparecido estos días como la panacea para evitar la propagación del SARS-CoV-2 en oficinas, vehículos, y todo tipo de alojamientos.

De hecho, el Ministerio de Industria publicó –este mismo mes de mayo– un documento en el que da recomendaciones para la desinfección de alojamientos rurales, y entre las que se encuentra desinfectar las toallas con este gas. Por su parte, el Ministerio para la Transición Ecológica publicaba el 13 de mayo una nota informativa en la decía que “está permitido comercializar ozono como desinfectante siempre que se ajuste a la normativa en vigor, minimizando en lo posible su liberación al medio ambiente”, ya que es un contaminante conocido.

Efectividad

No hay ningún estudio que avale que es efectivo contra el SARS-CoV-2, sólo para higienizar agua y eliminar olores

En opinión de Quim Sendra, presidente de la Associació d’Empreses de Desinfecció i Control de Plagues de Catalunya, “el problema es que no está registrado como desinfectante, pero tampoco está prohibido”.

Pero según Xavier Abad, jefe de la Unidad de Biocontención en IRTA-CReSA y profesor asociado de la UAB, “ahora mismo, los que digan que el ozono funciona contra la Covid-19 están mintiendo; tendrían que aportar pruebas con este u otro coronavirus para demostrar que desinfecta en superficies y en la atmósfera; el ozono sí ha demostrado capacidad desinfectante en líquidos”, informa Mayte Rius.

Toxicidad

Para usarlo como desinfectante hay que usar una dosis de 20 ppm, y a pertir de 0,5 ppm ya es tóxico para las personas

Este gas “es un oxidante que destruye la materia orgánica, pero no hay ningún estudio que demuestre que es efectivo contra el virus de la Covid-19”, afirman dos investigadores del IQS-Universitat Ramon Llull.

“Su eficacia solo está comprobada en la desinfección de agua de piscinas, residuales y para la eliminación de olores”, dice Sendra.

Además, “el virus no es tan prevalente, no hay tanto virus, no está por todos ladosni en la atmósfera, ni en los suelos, ni esperándonos en la calle…; tampoco hay concentración de virus en superficies de colectividades, si no la seroprevalencia no sería del 5%, habría mucha más gente que habría entrado en contacto con el virus”, asegura Abad. “Y como más porosa sea la superficie a la que se aplica, menos efectivo es”, añaden desde el IQS-URL.

Para ser efectivo, el ozono tiene que ser usado en una concentración de 20 ppm (partes por millón) y con una humedad relativa del 80%, pero para los seres humanos ya es tóxico a 0,5 ppm. “Puede provocar inflamación pulmonar y puede contribuir a que se produzcan mutaciones del virus”, explican desde el IQS-URL.

En las capas altas de la atmósfera, el ozono es un gas beneficioso, pero en la superficie es un contaminante
En las capas altas de la atmósfera, el ozono es un gas beneficioso, pero en la superficie es un contaminante (.)

Y es caro de producir, ya que “el ozono se produce in situ, en el mismo lugar donde se aplica. Una máquina recoge oxígeno del ambiente y con una descarga eléctrica divide la molécula de O2 y la convierte en otra de O3. El problema es que para producir 20 ppm –20 g por m3– para desinfectar una habitación de 45 m3 se necesitan 900 g de ozono, y una máquina industrial tarda 18 horas a pleno rendimiento para conseguir esa concentración, lo que supone un consumo eléctrico considerable. Es muy poco eficiente”, explica Sendra.

Lo mismo se puede decir “de los ozonizadores domésticos, que pueden servir para eliminar malos olores y poco más. Y además para ser efectivos tienen que estar funcionando constantemente El error a la hora de desinfectar es no usar alguno de los que aparecen en la lista del Ministerio de Sanidad”, apuntan desde el IQS. “El problema es que se basan en el cloro, en la lejía, que genera compuestos clorados y, por un ecologismo mal entendido, el ozono se presenta como una alternativa”, añaden.

Peligroso para el medio ambiente

Es un poderoso contaminante y su liberación incontrolada puede suponer un riesgo

Y es que uno de los riesgos de la generalización del uso de este gas, puesto que es un contaminante, es que su liberación incontrolada acaba siendo perjudicial para el medio ambiente.

Para Sendra, el otro gran riesgo es que “una limpieza con ozono da una falsa sensación de seguridad, ya que puedes creer que has desinfectado y bajar la guardia”.

Albert Molins (La Vanguardia)

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