Liderazgos positivos
Dicen que las crisis retratan lo mejor y lo peor de cada uno de nosotros, y la Covid19 está dejando un claro registro de nuestro país y de las formas tan arraigadas de liderazgo en nuestra sociedad.
Hace algún tiempo escuché una frase que me pareció demoledora: “el que sabe, sabe, y el que no, es jefe”; dejándome claro que las personas no tienen grandes expectativas sobre las capacidades de quienes tienen en los niveles superiores de sus jerarquías. Más bien percibí un aire de resignación. No hay nada peor que perder la fe y dejar de confiar en “los de arriba” como los dueños de la brújula que nos debería guiar en momentos de buen tiempo, pero también de tempestad.
Es necesario también profundizar en que existe una diferencia entre “ser líder” y “ejercer liderazgo”. La primera de ellas hace referencia a esa figura que con más o menos voluntad, ocupa un cargo de responsabilidad. Lo segundo se entiende como aquel que, sin muchas veces ser la cabeza visible, es reconocido por su equipo como aquella figura capaz de movilizar a su entorno hacia un objetivo común. Y cuando el líder ejerce el liderazgo acorde al equipo y las circunstancias, el éxito es altamente probable.
Existen múltiples formas de liderar, y la que me gustaría destacar en el momento actual, es el denominado “liderazgo femenino”, que no necesariamente es aquel ejercido por una mujer, sino que es aquel estilo de influencia que perdura desde la época de las cavernas hasta nuestros días. Mientras el hombre se dedicaba a cazar y proveer de alimento a la prole, la mujer era –y aún muchas veces lo sigue siendo hasta nuestros días- la responsable de distribuir los recursos, cuidar de los hijos sobre todo de las amenazas en un ambiente hostil y que en sociedades que aún perduran, de trasladar el agua desde un pozo al hogar, sin perder de vista los peligros del camino.
En el contexto sanitario actual, de los 194 países registrados en el mundo, 12 países han destacado por el manejo de la pandemia. De ellos, 7 son naciones lideradas por mujeres, que han tenido en común 3 características fundamentales: la toma rápida de medidas por muy difíciles que fueran, se han basado en decisiones innovadoras y han comunicado con empatía.
Estamos en un momento difícil de la pandemia, con un camino que los expertos dilucidan como complejo. Es por ello que el estilo de liderazgo es clave en todos los niveles. Ejercer influencia, confianza, comunicar con empatía, sirviendo a los demás, con una fuerte base técnica y conociendo la realidad social, son valores que se deben capitalizar para responder al “por qué”, la cual es clave para generar el compromiso no solo de los equipos sino de todo un país frente a la pandemia.